Te encuentras en lo alto de una montaña con una grata recompensa: una vista panorámica impresionante. Y es que, estás en uno de los mejores miradores de la comarca de Abona. Con un simple giro de cabeza, podrás ver las cumbres, las medianías y la costa del municipio de Granadilla de Abona.
Pero este lugar no es solo un mirador; es también un testigo de la historia. Mucho antes de que los castellanos conquistaran Tenerife, los aborígenes guanches ya utilizaban esta montaña, como lo atestiguan los yacimientos arqueológicos que se encuentran en sus alrededores.
El nombre de este cono volcánico, bautizado por estos nativos de Tenerife, inspiró la denominación del núcleo original que se encuentra a sus pies. Lo que hoy conocemos como Charco del Pino era llamado Chiñama en el momento de su fundación. Con el paso del tiempo, a lo largo del siglo XVI, adoptó el nombre que conocemos hoy.
En la falda norte de este cono volcánico, se encuentra la parroquia de San Luis Rey de Francia, seguro que la has visto al comenzar la subida. Esta iglesia es un verdadero símbolo del patrimonio local. Cada 25 de agosto, se celebra una festividad especial que incluye una misa y una procesión desde ella y hasta esta cima, acompañada por la colorida “Danza de los Arcos”. En este desfile, los bailarines están unidos por varas adornadas con papeles de colores, creando una coreografía única y alegre. El municipio de Granadilla de Abona tiene tres rituales de este tipo, ya que los núcleos de Chimiche y Las Vegas también conservan estas singulares danzas, que son una parte viva de su cultura y tradición.
Prosigamos nuestra ruta, Granadilla nos brinda otros nuevos lugares de interés ricos en costumbres y patrimonio.
587 - 669 mts.
Acera + calle
1,1 Km.
Media
2 hrs
(2) Opcional visita al centro de San Isidro y ermita