Hace cinco siglos, allá por los inicios del XVI, surgió el primer asentamiento europeo en la comarca de Abona: Las Vegas. Te encuentras, por lo tanto, en un rincón que desborda historia, con un legado que perdura hasta nuestros días. Acompáñame a aquella época y así conocer cómo fue su origen y el porqué de su nombre.
Después de que la conquista de Tenerife se completara en 1496, el Adelantado Alonso Fernández de Lugo, bajo las órdenes de la Corona de Castilla, procedió a repartir tierras en toda la isla. Así, buena parte de lo que hoy es el municipio de Granadilla de Abona corresponde con terrenos que le fueron concedidos al Duque de Medina Sidonia, a través de una persona de su confianza: Gonzalo Suárez de Quesada. Este pasó a regentar estas tierras, quedando como testigo de aquello algún topónimo dedicado a este personaje.
Arrancaba de esta manera el proceso de poblamiento, dando lugar a pequeños núcleos. Así, a lo largo del siglo XVI, la población se fue extendiendo por toda esta zona de Tenerife, comenzando en las medianías, donde abundaba el agua, las cuevas naturales, la leña y la madera, junto con una densa red de caminos. Gran parte de lo que hoy conocemos como el municipio de Granadilla de Abona fue propiedad de Juan de Guzmán, Duque de Medina Sidonia, quien administraba estas tierras a través de representantes de confianza.
El nombre “Las Vegas” proviene de las fértiles tierras de cultivo en esta zona, caracterizadas por su baja pendiente y su capacidad para retener agua durante la temporada de lluvias. Este tipo de suelo fue ideal para una amplia variedad de cultivos, incluyendo cereales, papas, viñas, frutas y almendros, proporcionando así sustento a las familias de la zona durante siglos. Además, la proximidad a los bosques de pinos les permitió beneficiarse de una gran gama de recursos forestales, desde leña hasta madera, pinocha y brea.
Este modesto caserío ha conservado su encanto a lo largo de los siglos, transportándonos a épocas pasadas a través de sus empedrados caminos, huertas, hornos, casas-cueva, un molino de agua, un secadero de higos (pasil), canales y aljibes.
Las Vegas es un tesoro que nos permite explorar y disfrutar de un valioso patrimonio, que es un fiel testigo de tiempos pasados ricos en historia.
El nombre “Las Vegas” proviene de las fértiles tierras de cultivo en esta zona, caracterizadas por su baja pendiente y su capacidad para retener agua durante la temporada de lluvias. Este tipo de suelo fue ideal para una amplia variedad de cultivos, incluyendo cereales, papas, viñas, frutas y almendros, proporcionando así sustento a las familias de la zona durante siglos. Además, la proximidad a los bosques de pinos les permitió beneficiarse de una gran gama de recursos forestales, desde leña hasta madera, pinocha y brea.
Este modesto caserío ha conservado su encanto a lo largo de los siglos, transportándonos a épocas pasadas a través de sus empedrados caminos, huertas, hornos, casas-cueva, un molino de agua, un secadero de higos (pasil), canales y aljibes.
Las Vegas es un tesoro que nos permite explorar y disfrutar de un valioso patrimonio, que es un fiel testigo de tiempos pasados ricos en historia.
550 - 660 mts.
Carretera + calle asfaltada + camino.
3.4 Km.
Media
1 hr
(4) Conexión con TF 83.1 Las Vegas – Los Escurriales (8,62 km)