Te encuentras en la playa Leocadio Machado de El Médano, con la icónica Montaña Roja a lo lejos. En este rincón marino, hace más de quinientos años, fondearon los barcos de una de las expediciones marítimas más famosas de la historia.
Tanto estas naves, lideradas primero por Fernando de Magallanes y, posteriormente, por Juan Sebastián Elcano, como el resto de buques de aquella época eran modestos barcos de madera que ofrecían penosas condiciones de vida a sus tripulantes. Tanto fue así que el hambre y el escorbuto se cobraron la vida de 51 de los 247 tripulantes, quienes, en momentos de desesperación, llegaron a comer el cuero de las cuerdas, gusanos, ratas e incluso serrín de madera.
Pero, ¿tan dura era la vida a bordo en estos barcos? Se trataba de auténticas “cáscaras de nuez”, en donde se viajaba con animales a bordo, como por ejemplo cerdos, vacas y gallinas. Solo el capitán tenía una cama propia, el resto dormía en el suelo de las cubiertas y bodegas o en humildes hamacas colgadas. La dieta se limitaba a raciones escasas de pan, vino, legumbres, frutos secos y víveres en sal. El agua potable se volvía insalubre en menos de un mes.
A pesar de todas las dificultades, estos barcos se movían gracias a sus velas y recorrieron miles de millas durante tres años, logrando dar la primera vuelta al mundo impulsados únicamente por la fuerza del viento.
Hoy en día, el litoral de Granadilla de Abona es un paraíso para los amantes de los deportes acuáticos, gracias a sus formidables playas y, sobre todo, al viento constante del noreste, conocido como el alisio. El Médano es un paraíso para el kitesurf, windsurf y wing foil, deportes que comparten con las antiguas embarcaciones la dependencia del viento para moverse. Pero estas aguas ofrecen mucho más: motos de agua, kayak, piragüismo, paddle surf, esquí acuático, surf, buceo, natación en aguas abiertas y mucho más.
El mar se presenta como un escenario donde la imaginación y las ganas de diversión pueden desplegarse sin límites. Siglos después, la costa de Granadilla de Abona nos permite continuar surfeando sus olas mientras el viento sopla incansable para que podamos adentrarnos en sus aguas.
Pero vayamos por un momento al interior, nos espera un modesto enclave cargado de historia y simbolismo: la Cueva del Hermano Pedro.
3 - 10 mts.
Acera + paseo costero.
1 Km.
Baja
30'